El gaucho Martin Fierro es considerado el gran poema nacional de Argentina.

Para entender esta pieza clave de la literatura de este país hay que retroceder a la década de 1910 cuando se cumplió el centenario de la revolución de mayo de 1810 y de la independencia de 1816.

En ese momento, la figura del gaucho se consolida como emblema de la Argentinidad. En sus textos el gaucho se muestra como el hijo genuino de la pampa, el cual sacrificó su cuerpo por la causa revolucionaria y puso su voz para la emergente literatura Argentina con la creación del género gauchesco.

Desde esa época hasta hoy, el Martin Fierro es considerado y celebrado como el pináculo de la gauchesca y un emblema de la identidad nacional.

El Martin Fierro es un poema en el cual el protagonista cuenta sus desdichas que representan la de todos los gauchos en las últimas décadas del siglo XIX.

En su canto, Fierro se presenta como un payador que presume de sus destrezas musicales y de ser bravo para afrontar los conflictos que se le presentan.

También interpela a sus oyentes a través de sus lamentos, buscando, a su modo, una forma de denunciar las injusticias que ha tenido que atravesar.

El protagonista cuenta que antes vivía muy feliz junto con otros gauchos trabajando en el campo. A ellos nada les faltaba y todo era alegría y diversión hasta que, un día, llega el juez de paz y se lo lleva a servir en la frontera, defendiendo las tierras de los ataques de los indios.

Allí sufre el maltrato de la autoridad que lo despoja de sus pertenencias, lo obliga a trabajar la tierra y no le paga por sus servicios.

En en la lucha con los indios, también se ven en desventaja ya que no cuentan con el armamento que necesitan. Martin Fierro, en este fragmento, construye una imagen mala del indio, a quien él ve como un ser desalmado que nada más llega para arrasar y destruir todo.

Un día, cuando le correspondía que le paguen, el mayor lo trata de animal y le dice que a él no le corresponde el pago porque no está en la lista.

Martín, en ese momento, no vio motivos para pelearse y decide calmarse y no entrar en conflicto pero, igualmente, lo castigan por reclamar su sueldo, luego de que los jefes lo mandan al estaqueadero por un malentendido con un gringo.

Cansado de vivir, todo harapiento y pobre, en la frontera decide desertar y se escapa en un caballo para volver a sus pagos. Cuando llega, se encuentra con que su rancho está en ruinas, que su mujer se ha ido con otro hombre y que sus hijos están desaparecidos. Es ahí es cuando Fierro jura que se convertirá en un gaucho matrero a modo de venganza por todo lo que le han hecho.

Como no tenia a donde ir, lo empiezan a tratar de vago y a perseguirlo. En esta condición se encuentra, cuando, un día, va a una pulpería para ahogar sus penas con el alcohol y allí provoca a una mujer y a un hombre negro, burlándose de ellos de forma despectiva. El hombre va a buscarlo con el cuchillo y Martin Fierro lo mata.

En otra ocasión, se pelea con un gaucho que resultó ser un protegido del comandante y después de este duelo, que acaba con la muerte de su oponente, Fierro se escapa para que la policía no lo agarre.

A pesar de sus esfuerzos, la policía lo encuentra en el medio de la llanura. Martin empieza a luchar contra varios oficiales que lo atacan y cuando está a punto de perder, uno de los policías, el Sargento Cruz, decide ponerse de su lado. Juntos ganan la batalla y luego se alejan del conflicto para ponerse a charlar.

En este poema, Cruz toma el canto para relatar su historia y cuenta que él también ha padecido los abusos de la autoridad expresando quecómo un jefe suyo le quitó a su mujer y a su hacienda.

Cruz empezó a vivir como matrero haciendo frente con el cuchillo a quien lo desafiara. En eso estaba cuando consiguió que un amigo suyo lo compusiera con el juez.

Cruz se convirtió, después de esto, en sargento de la policía pero desconfiaba de sus superiores, los cuales tenían planes de llevar a los soldados a trabajar tierras apropiadas en la frontera. Por eso es que decide volver a ser un gaucho matrero y le ofrece a Fierro su compañía en la desgracia.

Martin acepta esta compañía y le propone a Cruz abandonar la sociedad e irse con los indios. Él dice que allí podrán vivir bien sin necesidad de trabajar aunque será peligroso cruzar el desierto pero como buen gaucho no le teme a nada.

Después de tomar esta decisión, rompe la guitarra para dar por finalizado su canto y teniendo la intención de no volver a cantar. También desafía a los presentes que escuchan diciéndoles que nadie va a cantar donde ha cantado este gaucho.

Después de esto aparece una nueva voz en el canto que se presenta en tercera persona y cuenta la ultima parte de esta historia donde relata que vio a Cruz y a Fierro cruzar la frontera y que él no sabe si habrán muerto en el desierto o, por si lo contrario, están vivos.

Se cierra el poema diciendo que ha contado a su modo, males e injusticias que conocen todos pero que nadie antes había contado.



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