El caso es propagandear, lanzar mensajes vacíos pero muy grandilocuentes que lleguen a la ciudadanía y que ésta se los crea, porque como decía el tenebroso maestro de la propaganda, “miente, miente, miente, que algo quedará, cuanto más grande sea una mentira más gente la creerá”.

¡Y vale para todo! No te creas que vamos a andar siendo escrupulosos en estos tiempos que corren, lo importante es lanzarse a cualquier micrófono que nos encontremos por el camino y anunciar cientos de medidas sin sentido que luego no aportarán nada, porque nada tienen.

Esta tendencia de propaganda y demagogia barata se venía observando desde hace unos años, pero la aparición de la pandemia la ha acelerado hasta el punto de que no hay día que no nos levantemos con una mentira o una propuesta vacía, que no hace más que dar minutos de televisión y radio a las tertulias políticas.

¿Y luego? Nada, nada de nada. Cuando descubrimos que aquella medida que tanto nos había ilusionado quedó en nada, o carece de toda dotación presupuestaria o era, simplemente, una burda mentira, no hacemos nada, ¡absolutamente nada!

¿Por qué? Porque ya estamos envueltos en otra nebulosa de propaganda y demagogia, el pasado ya quedó atrás y ahora importa el nuevo anuncio, la nueva promesa que todos sabemos que nunca se llevará a cabo pero que, aún así, nos seguimos creyendo, ¡qué inextricable es el ser humano!

Y no te creas que es cosa de un solo partido político, no, nada de eso, todos, absolutamente todos caen en la propaganda, en jurar y perjurar una cosa y la contraria sin tan siquiera pestañear, demostrando la poca estima en la que nos tienen a nosotros, sus votantes, estúpidos seguidistas del sol que más calienta, o aparenta hacerlo.

De esta forma nos han ido llevando por caminos de agreste intelecto, ofreciéndonos azucarillos que se deshacían antes de que llegaran a nuestro paladar, permitiendo muertes físicas y económicas de miles de conciudadanos y nosotros aquí seguimos, sin hacer nada al respecto.

Cuando todo esto pase, que pasará, no nos acordaremos de todas las mentiras que nos vendieron, todo el cinismo que tuvimos que soportar y todas las promesas que se llevó el viento, porque estaremos demasiado ocupados en tratar de sobrevivir.

Añadir Comentario