El reconocimiento de Margaret Keane, artista famosa hoy por sus retratos de personajes estereotipados y que resaltan por sus enormes y tristes ojos, no fue fácil ni falto de visicitudes.

Otra de las características diferenciadoras de esta artista estadounidense es que se trata esencialmente de una retratista al óleo cuyos personajes preferidos son mujeres, niños y animales domésticos.

Su estilo, no fue del gusto de la mayoría de los críticos de arte cuando empezó a ser conocida, años 60 del siglo XX, pero sí del público de la época, lo que le generó decenas de imitadores y le permitió amasar una enorme fortuna. Además, numerosos artistas posteriores han basado su estilo en la obra de Margaret Keane.

La trayectoria de la autora

Margaret Doris Hawkins (Nashville, Tennesse, USA, 1927) siempre le gustó pintar grandes ojos en sus retratos. De pequeña era conocida en la iglesia local por sus bocetos de ángeles con grandes ojos.

Se casó joven y en 1950 tuvo a su primer y única hija, Jane. El matrimonio no duró mucho. Tras su separación Margaret contrae nuevas nupcias en 1955 con un agente inmobiliario llamado Walter Keane.

Su nuevo esposo vio en los cuadros de Margaret un filón y dejó su negocio para dedicarse a vender estos en forma masiva en grandes almacenes, libros de cómic y revistas.

Mientras, Margaret continuó perfeccionando su técnica, pero simplemente firmaba como “Keane”, lo que contribuyó a que el público interpretara que el creador de tales obras era Walter y no Margaret, aunque ella no lo supo hasta tiempo después.

Estos cuadros con personajes de enormes ojos llegaron a ser muy populares en la década de 1960, época en la que Walter y Margaret residían en California por lo que se codeaban con grandes estrellas de Hollywood algunas de las cuales llegaron a pedirles que las retrataran. Muchos personajes famosos, desde actores hasta políticos, quisieron ser pintados por el artista.

El problema es que durante ese tiempo Walter Keane se auto proclamaba el pintor de los cuadros, mientras que la verdadera autora, Margaret, se mantenía encerrada dieciséis horas al día pintando en su estudio durante cerca de una década.

La timidez patológica de Margaret hizo que durante 12 años el público creyera que los cuadros los pintaba su marido.

Cuando Margaret se enteró de la gran mentira de su marido sobre sus cuadros se puso furiosa. Este se justificó diciendo que necesitaban el dinero y que era demasiado tarde para dar marcha atrás.

Preocupada por lo que podría pasarle a ella y a su hija si abandonaban a su esposo (por sus cuadros se pagaban decenas de miles de dólares y las reproducciones de las pinturas se vendían en todo el mundo y no era difícil encontrar copias de las obras atribuidas a Walter Keane en las casas de muchas familias de la clase media estadounidense), Margaret decidió participar en el engaño.

Pero en 1965 Margaret se divorció de Walter y ambos reclamaron los derechos sobre los cuadros. En 1970 Margaret retó a Walter para pintar frente al público en la San Francisco’s Union Square pero él no se presentó.

En los años 70 Margaret se casó con el escritor deportivo Dan McGuire, se mudó a Honolulu (Hawai) y se hizo testigo de Jehová.

Por aquel entonces sus cuadros habían pasado de moda, pero concedió una entrevista a la agencia UPI en la que decidió que no iba a mentir más sobre la autoría de sus cuadros.

Su exmarido contraatacó asegurando que su esposa era una mujer infiel y una mentirosa compulsiva.

Ella lo retó a que ambos pintaran en público uno de los cuadros para demostrar quién era realmente el autor, aunque él se negó.

En 1986, Margaret demandó a Walter Keane y al periódico USA Today por un artículo en el cual afirmaban que las obras pictóricas eran creación de Walter Keane.

En el juicio, el jurado pidió a los dos que pintaran un cuadro con su estilo característico. Margaret Keane pintó un cuadro en 53 minutos. Walter Keane no pintó nada aludiendo a un supuesto dolor de hombro.

El jurado falló a favor de Margaret y le permitió firmar sus obras como Keane. También condenó a Walter Keane una retribución de 4 millones de dólares por daños emocionales y menoscabo a su reputación. Walter -quien tenía graves problemas con la bebida- nunca llegó a pagar, ya que había dilapidado toda la fortuna que había amasado con los cuadros de su exesposa.

Walter murió arruinado en el año 2000. Margaret sigue viviendo en Napa County, California.

En 2014 se estrenó la película “Big eyes” basada en la vida de Margaret Keane y dirigida por Tim Burton , por lo que Margaret será reivindicada gracias a esta película y posiblemente también sus pinturas vuelvan a ponerse de moda.

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