'El caballero de la mano en el pecho'. 1580. Óleo sobre lienzo, 81,8 x 66,1 cm. (Museo del Prado Sala 09B)

Es uno de los cuadros más famosos creados por el pintor cretense en su primera etapa española.

Se ha escrito mucho sobre el origen de esta pintura, sobre la identidad del caballero y lo que podría significar su mano derecha posada sobre el pecho, incluida la lectura masónica.

Este retrato sobre fondo neutro (que se exhibe en el Museo del Prado de Madrid desde 1834), engrosó las Colecciones Reales gracias a una donación de la viuda del duque del Arco, gentilhombre de cámara, caballerizo y montero mayor de Felipe V, que lo tenía en su finca de recreo situada en la localidad de El Pardo (Madrid).

El cuadro nos muestra a un caballero contemporáneo de El Greco ( siglo XVI), con la mano derecha en el pecho y con los dedos anular y corazón juntos, lo que produce un efecto estético de delicadeza y sensibilidad. El retratado mira al espectador de frente con rostro serio y formal con una expresiva y profunda mirada.

Este 'caballero' está vestido a la moda de la época, de forma sobria, discreta y elegante con gorguera y puños de cuidada factura con blanquísimo y almidonado encaje contrastando con el negro del resto del traje.

Porta una espada dorada (solo los caballeros podían llevar armas) con detalles de orfebrería en la empuñadura. De oro es también el fino medallón con cadena con el que adorna su traje.

El representado podría ser un hombre de entre los veintiocho y los treinta años que tiene barba, bigote, profundas entradas en la frente y que muestra una piel pálida.

También podemos ver cómo su ojo izquierdo está inmóvil y levemente entrecerrado. Igualmente, si observamos el hombro izquierdo, del cual no se ve el brazo, vemos que está bastante más bajo que el derecho, quizás no por casualidad.

La flexión del brazo derecho hace pensar que el arma con la hoja envainada se sujeta y presenta con la mano izquierda (invisible al espectador), lo que ha llevado a plantear la posibilidad de que el retratado fuese manco de ese brazo izquierdo.

Sin embargo, a juzgar por los expertos, y a pesar de pintar sus rasgos físicos, El Greco nos oculta su personalidad.

Este es uno de los primeros retratos de El Greco, pero sin duda es el más famoso de todos los que hizo y siempre ha sido considerado como el prototipo del hidalgo español del Siglo de Oro.

El cuadro se convirtió pronto en una de las obras emblemáticas del artista, admirándose su pericia con los distintos elementos que muestra.

Ha sido restaurado al menos en cuatro ocasiones entre 1858 y 1996, momento este último en que tuvo lugar una polémica intervención por parte del restaurador Rafael Alonso a quien se acusó de levantar elementos de la pintura, incluida la mayor parte de la firma (en letras griegas mayúsculas, que se consideraba auténtica de El Greco), en su afán por restituir el fondo a su estado original. La firma fue eliminada, pero se descubrió que el fondo no era negro sino grisáceo, lo que resalta la figura del 'caballero' y la luz exterior que ilumina el rostro de este y los ricos matices en el ropaje oscuro.

Identidad del caballero

La identidad de la persona retratada es desconocida, pero se ha especulado con varias posibilidades.

Hubo un tiempo en que se consideró que podría ser un autorretrato. También se ha dicho que era el secretario de Felipe II, Antonio Pérez. Pero las suposiciones mejor valoradas son las que corresponden a que se podría tratar del propio Miguel de Cervantes o el marqués de Montemayor.

¿Por qué Cervantes?

Son varios los datos que apuntan al genial escritor de 'El Quijote'. La primera estaría relacionada con la fecha de la realización de la obra, en torno a 1580, lo cual sería factible puesto que en ese tiempo Cervantes ya había sido herido en su brazo izquierdo en la batalla de Lepanto, dejándole este totalmente inutilizado (salió herido de dos arcabuzazos en el pecho y en una mano), por lo que el pintor habría tratado de ocultar tal deformidad no haciendo aparecer ese brazo en el lienzo, pero si el pañuelo que a modo de cabestrillo sujetaría este y que el 'caballero' lleva colgado de su cuello.

Otra razón es que por entonces Cervantes tendría la edad que aparenta el retratado en el cuadro, y, como no, por el más que parecido razonable que guarda con el escritor.

Sin embargo, desde hace algún tiempo también se considera otra posibilidad, que el retratado sea Juan de Silva y Ribera, tercer marqués de Montemayor, notario mayor de Toledo (donde residía El Greco) y en esa época también herido en el brazo izquierdo perdiendo la movilidad por un arcabuzazo en la batalla de Alcazarquivir (1578), lo que explicaría la significativa caída del hombro izquierdo. Este personaje, había sido acusado de traición durante su participación en Orán, un hecho que justificaría el gesto de juramento de fidelidad de su mano derecha. Sin embargo, los no partidarios de esta tesis argumentan que Juan de Silva y Ribera sería demasiado mayor (unos 45 años) en el momento en el que se supone que fue realizado este retrato.

El gesto que realiza el 'caballero', poner su mano sobre el pecho, también ha dado lugar a diversas interpretaciones. Pero aún no queda claro si se trata de un arrepentimiento o un juramento. Algunos investigadores se inclinan a que con él se alude al rito de la 'Fe del caballero', una dignidad otorgada sólo a ciertos personajes destacados.

Sobre los dedos corazón y anular unidos en el centro de la mano, se dice que podría ser una seña de identidad de El Greco, pero también que podría tratarse de una simbología oculta.

Añadir Comentario