Un título de esos que parece que no tiene jodido sentido, ¿verdad? Se convertirá en costumbre, verás. No voy a poner antecedentes sobre lo que quiero explicar aquí porque creo que tampoco sabría. Lee los siguientes dos párrafos y si no te convence tienes todo el derecho de pirarte, sin más.

La Ley de los Grandes números

Que no punda el cánico. Esto es probabilidad básica y todos la hemos usado en alguna ocasión, lo que no somos del todo conscientes de ello. Usaré la definición de Wikipedia para que se entienda:

“Varios teoremas que describen el comportamiento del promedio de una sucesión de variables aleatorias conforme aumenta su número de ensayos.”

Vale, mala idea. Lo intentaré yo:

Las muestras pequeñas arrojan con mayor frecuencia resultados extremos que las muestras grandes. Por lo que las muestras grandes son más precisas que las muestras pequeñas. Eso quiere decir que siempre resultará de mayor confianza resultados basados en muestras grandes que en pequeñas.

Creo que correcto, ¿no? Pongo un ejemplo práctico:

Si tiramos una moneda al aire 5 veces, podría ocurrir que saliera 4 veces cara y 1 cruz. Pero no se nos ocurriría decir que cara tiene un 80% de probabilidades de caer hacia arriba y que cruz solo tiene un 20%, ¿verdad?

Y diríamos hasta con cierto tono de verdad divina que si tirásemos la moneda unas 1.000 veces, el número se igualaría a medida que avanzan las tiradas y estaría cercano a un 50% entre cara y cruz.

Bueno, perfecto, lo has pillado. ¿Ves como habías usado esta Ley antes? ¿Pero de qué me sirve esto en la vida cotidiana? Estarás diciendo. Vamos pues.

¿Por qué eres malo aplicando esta Ley?

No tengo nada en contra tuya, en serio. Pero aunque has sido muy bueno/a acertando que te estarían entafando si a alguien le saliera cara en un 80% de las veces tirando la moneda en 1.000 intentos… No es suficiente. Sigo.

Si te gusta algún deporte como el fútbol, que suele ser lo habitual, nunca juzgarías a un nuevo jugador por sus primeros 5´en el campo, ni por los primeros 45´, ni siquiera por los primeros 5 partidos.

Esto es porque sabes que en una muestra tan pequeña son tantas las variables que puedan afectar al jugador que juzgarlo de antemano sería solo eso, un juicio prematuro. Y para la mayoría de nosotros, hacer esto con deportes u otras habilidades (ortografía por ejemplo) es algo obvio y lógico, pero en otro contexto se los olvida por completo.

Siguiente supuesto. 

Entras a una tienda y después de comprar lo que sea, te dirijes a pagar. La cajera es muy atenta contigo, se muestra cordial y amigable, te ayuda a meter eso que has comprado en la bolsa. Y te vas. Conclusión de ti hacia ella: “Qué buena chica”.

Luego de comprar, te dirijes a tu casa pero como el trayecto es largo vas a pasar en medio de una obra que lleva parada hace 1–2 meses y que te ahorrará algo de camino. Por desgracia al guardián de la obra no le ha hecho mucha gracia que pases por allí y tienes una pequeña bronca con él ya que te aborda de manera tajante, seca y hasta un tanto agresiva. Tu conclusión: “Este tío es subnormal”

Sin saberlo hemos usado juicios prematuros para opinar sobre cada uno de estos dos personajes en la historia. A partir de ahora, la chica será “la mujer simpática de la tienda” y el señor será “el comepoll.. de la obra”

La próxima vez cambiaremos otros factores que seguro alterarán la forma de comportarse de cada uno.

Iremos a comprar un Martes en hora punta, en lugar de un Viernes a última hora como hicimos. Si ese mismo día la mujer ha discutido con su pareja, y su superior le está dando caña, mejor.

Y con el señor de la obra, intentaremos pasar por allí simplemente un día en el que no haya llegado a su trabajo algo tarde porque se le pinchó la rueda del coche, que tampoco haya sorprendendido a un par de chavales destrozando su lugar de trabajo y que no se le hubiera manchado el uniforme con barro en una caída persiguiendo dichos vándalos.

Aplica el conocimiento de la Ley

Cómo ves, usar la Ley de los Grandes Números nos pone en una situación de ventaja, de objetividad, de asimilar el hecho de que una única prueba de comportamiento es insuficiente para calificar a nadie. Que no hay una correlación fuerte entre una única interacción, o muy pocas, y el hacer un veredicto anticipado de cómo es alguien.

Después de todo esto no creo que te cueste mucho el hecho de ponerlo en práctica. Sólo estate atento a tu sensatez y razonamiento en relaciones sociales (que es donde más solemos patinar en este tipo de cosas, ya vimos que en deportes no es así), antes de llegar a ninguna conclusión. O lo que es lo mismo: “Trata igual a la cajera que al futbolista”.


Imagen de JacLou DL

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