La moral es uno de los conceptos más arraigados dentro de una sociedad y uno de sus pilares fundamentales. Todos tenemos juicios propios de lo que está bien y lo que está mal y eso nos hace humanos dentro de una sociedad. La única forma de defender colectivamente esta humanidad es a través de la defensa radical de la libertad de expresión.

El comportamiento humano es incomprensible porque nuestro instinto se basa en sobrevivir y en adaptar la moral de acuerdo a nuestras circunstancias. Hoy en día, podemos decir que el mundo ha avanzado y que tenemos lo mejor en tecnología, pero la censura se hace cada vez mayor.

Humanos dentro de un grupo

Hablar de libertad de expresión y referirse a internet o afirmar que las plataformas digitales son ideales para expresarse es una idea completamente errónea. La opinión pública siempre se basa en su propia moral, distorsionando pensamientos a través de razones de tipo religioso, político y económico.

Como cualquier otra opinión, todo lo que se publica en redes sociales tiene una connotación moral debido a que las personas siempre esperan ver las cosas desde su propia perspectiva.

Por estos motivos y muchos más, a la sociedad se la denomina doble moralista ya que expresa el disgusto por alguna situación pero la sigue practicando. Es decir, que expresa, por ejemplo, acabar con la corrupción pero, de igual manera, sigue manteniendo a los políticos en el poder.

Vivimos en una simulación donde nos hacen creer que todo lo que nos muestran “está bien”, pero la realidad es que se juzga a las personas por su vestimenta, color de piel, orientación sexual, nivel educativo y socioeconómico.

Hoy, vemos criminales dentro de la política, religiones que abusan, organizaciones benéficas que se aprovechan del pobre y esclavos amando su situación.

A pesar de que hay infinidad de medios para comunicarnos, nuestra sociedad se ve quebrantada por todo lo que se nos oculta y por el empeño de desdibujar la realidad.

Libertad de expresión solo hay una

Las restricciones en las redes sociales son cada vez mayores. Uno de los casos más recientes ha sido el cierre de la cuenta de Twitter de Donald Trump.

Tras el anuncio de este bloqueo indefinido, por parte de Twitter, las personas realmente comprobaron el poder enorme que tienen las plataformas web para restringir el derecho a la libertad de expresión de una figura tan importante como el expresidente de los Estados Unidos.

Es un claro ejemplo en el que se viola uno de los derechos fundamentales del ser humano, como la justicia y la imparcialidad, porque aprieta la cuerda para unos y para otros se afloja. Se ejerce un criterio burdo para someter, amedrentar y castigar, sin tomar en cuenta que están cometiendo los mismos errores.

Como ya he mencionado, el ser humano está hecho para sobrevivir porque su instinto es hacer lo que sea necesario para su bien común. La doble moral juega ahí un papel importante porque se desarrolla a través de un sistema piramidal donde el más débil siempre es sometido a una serie de acusaciones para tapar al que está arriba.

Muchas veces no nos damos cuenta, pero lo cierto es que vivimos en un mundo dentro de submundos donde existen infinidades de formas de ver la vida ya sea personal o colectiva.  

Sin embargo, el problema radica cuando un individuo piensa diferente, actúa diferente y los demás no aceptan que existen otras formas de pensamiento.

Esta problemática es una ruleta sin fin que ha existido desde los tiempos remotos hasta nuestros días. Por un lado, un grupo defiende su postura y por el otro intenta convencer de que eso no es lo correcto.

En la actualidad, pasa muchísimo, ya que se acostumbra a juzgar y a condenar a todo aquel que no se adapta a las normas establecidas por la sociedad mientras siguen habiendo problemas más importantes que resolver en el mundo.

Gregarismo ideológico

Uno de los temas que ha generado demasiado debate es el aborto y  la lucha por su aprobación legal.

Por una parte, tenemos a las personas con ideas conservadoras o religiosas que expresan su desaprobación total por considerar que es pecado y por otra parte, mujeres que defienden esta práctica por ser una opción que beneficiaría a muchas mujeres violadas o en extrema pobreza que no desean continuar con el embarazo.

También está el caso de la legalización de la marihuana, el matrimonio homosexual y la pedofilia en la iglesia católica. Temas contundentes y muy sensibles que generan muchísima opinión dentro de esta sociedad.

Sin embargo, lo más curioso del asunto es que existen grupos u organizaciones que afirman estar en contra pero que, a su vez, hacen estas prácticas de manera encubierta.

Pertenecer a grupos sociales, religiosos y políticos es una forma bastante decisiva de cerrar nuestra mente, creando una especie de burbuja que te desliga de la existencia de otras posibilidades o vertientes de la vida.

Es importante reconocer que ninguna sociedad o grupo tiene un mismo pensamiento, comportamiento y forma de vivir, pero mientras sigamos siendo víctimas de la doble moral y el mundo no cambie, lo único que nos queda es aceptar que nuestra propia libertad solo pasa por defender la de los otros. Todo lo demás es esclavitud. Sin peros.


Imagen de Peter H

Añadir Comentario