El Gobierno de España, encabezado por el presidente, Pedro Sánchez, insiste en efectuar la reforma del Poder Judicial, expresado en el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ).

En los últimos días, el Congreso ha iniciado los movimientos para reformar la justicia, lo que ha provocado un pronunciamiento desde la propia instancia Judicial que ha dirigido un comunicado al parlamento donde hace un llamado a las autoridades legislativas para que se replanteen la situación en cuanto al criterio para emprender las medidas.

La columna del Gobierno se dispone a actuar para, defendiendo la institucionalidad y el respeto a la separación de los poderes, la Justicia guarde obediencia ante lo que determine el Legislativo.

El problema para muchos está en lo ocurre cuando el Poder Judicial mantiene el respeto hacia otro de los Poderes pero, en cambio, desde dicho Poder no se respeta a la autoridad Judicial. ¿La obediencia pasa por silencio mientras se asesta un golpe a la institucionalidad?

Una de las más potentes defensoras de la reforma del Consejo General del Poder Judicial es la vicepresidenta primera del Gobierno de España, Carmen Calvo. Ella ha calificado como una necesidad que el CGPJ se mantenga en su sitio y que cada poder sea respetado. Esto son cambios que llevaban años esperándose. Para ella, la medida no es un capricho aunque no todos opinen igual en España.

La democracia española en peligro

Que sirva de clara alerta a muchos españoles. La necesidad de defender las instituciones y de informarse sobre los cambios que se plantean. Tanto el PSOE como Unidas Podemos están verdaderamente empecinados en avanzar en todo lo que concierne la reforma 'profunda' del Poder Judicial, una idea de la que, sin embargo, no es ajeno el rey que actua como censor ante cualquier intento de 'romper' la democracia.

Cuando los enemigos son tus amigos

El presidente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), Carlos Lesmes, parece ser uno de ellos, y es que la vicepresidenta primera del Gobierno de España, Carmen Calvo, lo ha calificado como responsable de avivar la confrontación entre el Poder Ejecutivo y el Poder Judicial, y a su vez, de ser el motor que ha hecho surgir las presuntas divergencias con el rey Felipe VI.

El PSOE-PP, juntos de nuevo

Ahora el PSOE sabe que necesita socios más allá del partido aliado, Unidas Podemos, para avanzar en la reforma que limite las funciones del CGPJ.

Por esto, desde la formación de Pedro Sánchez, intentan acercarse a Pablo Casado, líder del Partido Popular (PP). El motivo de un cambio tan abrupto tiene un fin, y es que durante el Aniversario de la Constitución, el presidente del Gobierno de España, optó por no saludar al líder del PP, Pablo Casado.

De la noche a la mañana, el integrante del PSOE trata de bajar la tensión de la relación e insiste con llamar al jefe opositor, proponiéndole o solicitándole su apoyo parlamentario para la reforma del CGPJ. Un gesto político que recuerda al que ya hizo con el rey Felipe VI, donde desde Bruselas, dirigió alabanzas al monarca y lo calificó de ejemplar.

¿Cambiarlo todo para que nada cambie?

El trio, Sánchez, Pablo Iglesias y Carmen Calvo, persiguen una misma idea: la transformación del Poder Judicial.

Sin embargo, el ahora presidente del Gobierno de España, es experto en decir una cosa hoy y decir y hacer otra cosa mañana.

Pedro Sánchez, no hace mucho, declaraba que no podría dormir si Pablo Iglesias hiciera parte de su Gobierno. Hoy sabemos que sí puede dormir, es más, quizás incluso duerme mejor mientras su vicepresidente segundo actúa libremente fijando hábilmente la agenda.

Un sistema podrido de base. ¿Quién juzga a los que juzgan?

Una democracia debe velar por sus jueces, son ellos los representantes de la Justicia, y cuando se insulta a los magistrados, cuando se menosprecia su función y el respeto que merecen, se está ante un trastorno duro y peligroso del concepto democrático.

Basta con buscar algunos ejemplos para detectar que es siempre el ente de la Justicia el primer objetivo de cierta tradición política española.

Tumbar las barreras que detienen los abusos del poder siempre van a ser los objetivos de los que no duermen pensando en la forma más rápida para acabar con el Estado de Derecho y el imperio de la ley. En España, esto es tradición y siempre en una sola dirección, de arriba abajo, y en beneficio de los más poderosos.

Los españoles han de poseer la mayor entereza para colocar su corazón y mente en defensa de aquello por lo que han luchado, por una democracia.

Porque, como dijo Ricardo Alfonsín, ex presidente argentino y hombre de la transición, la democracia es el instrumento supremo porque con “la democracia se come, se cura y se educa.”

En ese sentido, el engaño del régimen del 78 en España no puede durar eternamente.

El peligro de una Justicia política

Jueces y fiscales es su deber salir a los medios de comunicación, a sus círculos cercanos, organizar fotos, conversatorios, y hasta tertulias, para explicar lo que representa el Poder Judicial, y lo que plantea una reforma a dicho Poder, como la anteriormente citada.

Es tarea de todos, detener la caída de un castillo, que no sabemos todavía si tiene bases de barro. Clamemos, gritemos, luchemos porque se defienda la independencia del Poder Judicial.

La estructura profesional ha ido poco a poco socavándose, es momento de detener eso, detengamos todo, no puede permitirse un golpe a la institucionalidad. Ahora es el momento de la academia, de los ciudadanos, de portar la Constitución y los Derechos Humanos en mano para defender la independencia de los Poderes, Judicial, Legislativo y Ejecutivo.

Abriguemos el deseo de impedir los desmanes de unos pocos poderosos, que en España, y a fuerza de costumbre, nos han hecho entender como 'democrático' y normal.

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