Uno de los rasgos característicos de nuestra sociedad y de la evolución de la tecnología en los tiempos actuales y que cada año que pasa más avanza, es la conexión de las personas a las distintas formas de relacionarse con otras o de buscar cualquier tipo de información en los distintos navegadores existentes.

No es ninguna novedad para los usuarios la exposición de nosotros mismos y de nuestros datos a miles de empresas que los usan para beneficios comerciales ya sean propios o con terceros.

Actualmente el 'tráfico' de datos personales de la gente que se conecta a internet bien sea mediante algún navegador, a alguna web o redes sociales ya sea a través del ordenador o desde el smartphone, es uno de los grandes negocios de la era digital y mueve miles de millones cada año.

Compra y venta de datos

Muchas veces nos preguntamos ¿por qué son un negocio nuestros datos personales como pueden ser el nombre, número de teléfono o la dirección de correo electrónico? ¿dónde está el beneficio para las empresas si han de pagar por los datos de mucha gente que posiblemente no les comprarán nada?

Bien, todo esto no es algo que haya inventado la tecnología ni internet. Para la gente que hemos crecido sin acceso a la red de redes muy posiblemente no nos resulte extraño ni novedoso ya que quien más quien menos, hace ya muchos años habrá recibido llamadas telefónicas o cartas postales de compañías de seguros, de telefonía, bancos, etc. detallándonos las virtudes de su producto o servicio. Queda claro pues, que el tráfico de datos personales es un negocio tan antiguo como el propio comercio.

¿Cómo obtienen nuestros datos personales?

Navegamos por internet y estamos acostumbrados a que siempre nos salgan ventanas de advertencia de que esta web utiliza cookies; además son muchas las que también te piden compartir tu ubicación. Un sinfín de ventanas emergentes que nos avisan y nos advierten pero cuya intención es la de que compartas tus pasos porque de hecho hay algunas en las que si no aceptas los términos de la ventana, no te permite ver el contenido.

No le damos mayor importancia casi nunca y a menudo le damos a aceptar sin pensar las consecuencias que pueda tener porque ya lo leímos las dos primeras veces que nos encontramos con ello y creemos que es lo mismo de siempre y no nos va a suponer ningún problema en nuestra actividad.

Ya sabemos todos el rastreo que se hace de nuestros datos según por donde naveguemos. Al principio nos preguntábamos el porqué si yo navego por una web que hable por ejemplo de cine, me sale un anuncio de una tienda de muebles que yo había mirado la semana anterior. La respuesta es sencilla y seguramente ya la sabemos porque aunque a veces no nos acordamos, todo lo que vamos mirando queda registrado y con ello hacen una base de datos con cuales son nuestros intereses para que cuando abramos cualquier web que tenga contratada publicidad, nos aparezca un anuncio según nuestros intereses porque lógicamente cuanto más se acerque a nuestros intereses, más probable es que o bien compremos alguna cosa o al menos hagamos clic en el enlace.

El comercio de nuestros datos

Venden esos datos personales a diferentes compañías que se dedican a su propio producto o sector como medio de propaganda y también a compañías creadas únicamente para el tráfico de los datos personales de los usuarios de internet. Efectivamente, son empresas cuya única actividad comercial es la simple compraventa de datos de usuarios.

Como podemos ver en todos estos 'sitios', hay infinidad de publicidad de todo tipo y de todas las actividades comerciales posibles.

¿Cómo funcionan los pagos por anuncios?

El sitio web, por el simple hecho de que hagas clic en el anuncio obtiene una recompensa económica y si además supera las mil visualizaciones también obtiene una recompensa por cada mil impresiones sin necesidad de que se haga clic en ellos.

Nos preguntamos el cómo es posible que estén ganando dinero con ello. Las cantidades que se pagan por estos anuncios realmente son mínimas, pero esos pocos céntimos para una web que tiene miles de visualizaciones diarias, al cabo del día ya es una suma algo más rentable. ¿Y quién paga todo esto? Hay varias plataformas que usan este sistema de negocio, pero vamos a centrarnos en las más importantes y que suman la mayoría de la actividad a la que estamos expuestos en nuestro día a día.

Google

Nos encontramos con Google; que por el simple hecho de ser la gran dominadora de las búsquedas que se realizan en todo internet desde hace muchos años es la que más tráfico de datos de conexión y de usuarios mueve en todo el mundo.

Su principal arma comercial es Google Adsense; que son la mayoría de anuncios que podemos ver en diferentes webs sea cual sea la temática de la misma y es esa ventanita que aparece entre medio del texto promocionando un producto y enlazando a su link de compra. Seguro que todos los hemos visto muchas veces.

Esto le supone a Google miles de millones de impresiones diarias y con ello una inmensa cantidad de clics y de ventas finales de los productos que las marcas, fabricantes o distribuidores publicitan en la red.

Google es algo más que una empresa; y está compuesta por otras muchas que se colocan entre los primeros puestos en número de usuarios como por ejemplo lo es YouTube (que fue adquirida por Google en 2006 por 1.650 millones de Dólares) con 2.000 millones de usuarios y 1.000 millones de horas de vídeo cada día.

El mundo de internet también es un claro ejemplo de globalización donde los grandes se van haciendo con los valores emergentes para seguir creciendo.

Facebook

Otra de las compañías que más aprovecha la circulación de los datos personales de navegación de cada uno de sus usuarios es Facebook y lo viene haciendo desde hace muchos años. Una compañía por ejemplo como Facebook de la que tantas veces se ha hablado sobre su potencial económico, y que es como muchas otras páginas y aplicaciones que en principio son gratis porque no hemos de pagar un precio directo por ello pero que siempre nos hemos preguntado como algo que requiere tanto esfuerzo y desarrollo por parte de estas compañías es posible que sea totalmente gratuito. Pues bien, evidentemente no es gratis, lo que realmente sucede es que somos nosotros quienes indirectamente lo pagamos (y lo estamos pagando con nuestros datos personales).

Son numerosas las noticias que hemos podido leer durante estos años sobre las demandas a las que ha tenido que enfrentarse por invadir la intimidad de sus usuarios y por compartir/vender los datos de estos con otras compañías; y no podemos olvidarnos de que incluso los datos del propio dueño de la compañía, Mark Zuckerberg también fueron vendidos.

Hemos podido comprobar que Facebook (buena parte de la historia de la compañía es muy conocida por el público en general, incluso fue llevada a la gran pantalla en la película 'La red social') ha ido creciendo exponencialmente situando a su propietario y creador Mark Zuckerberg como una de las personas más ricas del mundo y posteriormente ha comprado más compañías.

Se han dedicado a comprar portales o aplicaciones en los que había un gran número de usuarios; muchas de ellas competencia directa del propio Facebook o de otras compañías compradas a posteriori por Facebook y que eran rivales de las empresas de su grupo. Destaca como no, la adquisición de WhatsApp; una aplicación de mensajería que fue una de las pioneras en lanzar este tipo de servicio en los comienzos del uso de datos de navegación y de redes sociales en los dispositivos móviles.

Facebook hace años aseguraba que podía conectar a una persona con otra de la otra punta del mundo sin ninguna relación aparente en tan solo 7 pasos y demostró que en muchos casos podía hacerlo hasta en únicamente 4. Otra prueba más de cuanto estamos de expuestos a vigilancia y control por parte de estos medios.

WhatsApp

La compra de WhatsApp fue algo larga porque sus creadores se resistían a venderla pero al final llegaron a un acuerdo por la nada despreciable cifra de 19.000 millones de Dólares.

Es desde luego una suma importante y si además tenemos en cuenta que WhatsApp es un servicio de mensajería instantánea líder en el mundo con unos 1.600 millones de usuarios y que requiere de una infraestructura realmente enorme para poder dar el servicio y por la que esos 1.600 millones de usuarios no pagan absolutamente nada, a priori podría parecer lo más opuesto a un buen negocio; así que si nos ponemos a pensar en que la aplicación es gratis para sus usuarios y no incluye ni un solo anuncio ¿dónde está la rentabilidad para haber sido comprada por esa cifra? La respuesta vuelve a ser sencilla y siempre nos lleva al mismo lugar, solo basta con imaginarse lo que suponen los datos personales de 1.600 millones de usuarios conectados a una red abierta y más si pensamos en el uso de esos datos al servicio de una compañía como Facebook con 2.400 usuarios.

También cabe destacar, de entre todas las compañías con un tráfico importante de visitas y de usuarios que ha adquirido Facebook para su grupo durante estos años a Instagram con 1.000 millones de usuarios.

Advertencias legales

También podemos encontrarnos diferentes formas de adquisición de nuestros datos y como ha quedado explicado anteriormente y debido a las múltiples demandas generadas por todo este tema las compañías 'salvan sus muebles' con las advertencias que lanzan al abrir su página. Con estas simples advertencias, que muchas veces son simples y molestas ventanas a las que damos OK o Aceptar para poderlas cerrar ya que nos impiden ver buena parte del contenido que realmente nos interesa y por el que hemos accedido a la web, sin muchas veces pensar que en realidad damos nuestro permiso a que nos rastreen continuamente. Hay muchas que además, en esas ventanas emergentes te invitan a recibir notificaciones por parte de la página, incluso algunas a convertir su página en la de inicio del navegador, que ya les supone que cada vez que abres el navegador están recibiendo una visita y aunque inmediatamente después te dirijas a otros sitios, la página ya ha sido abierta y si llegan a las 1.000 diarias ya están cobrando por esos anuncios que están incluidos en ella.

Navegación segura

Posiblemente no nos hayamos fijado pero si echamos un ojo a la barra de dirección de la web que visitamos podremos comprobar que comienza por http o https. ¿Qué significa esto y cuál es la diferencia entre una y otra? son las siglas de Hypertext Transfer Protocol (http) y la s final (para https) es de Secure, lo que nos especifica que éstas últimas clasifican a sitios web con navegación segura y en donde nuestros viajan cifrados para que si alguien los intercepta sea más difícil su lectura. Desde la configuración de nuestro navegador podemos escoger la opción de navegar únicamente por páginas seguras. Las https fueron creadas en 1992, si bien no han sido aplicadas como norma general por los principales proveedores de internet desde 2015 y en gran parte motivado por la creciente preocupación sobre el trato de los datos personales de sus usuarios. Es este un dato importante que aunque ya es de uso habitual en internet, no ha gozado de demasiada difusión entre sus usuarios.

Cookies

Otro aspecto importante y que también se puede controlar es el tema de las cookies. Las cookies son información enviada desde el sitio web y que es almacenada en nuestro navegador con datos como por ejemplo: nombre de usuario y contraseñas, datos de la sesión, reproducción multimedia y muchas más que de la misma forma que nos agilizan ciertas tareas también guardan todos esos datos y nuestras preferencias personales.

Si alguna vez nos fijamos, al lanzar la advertencia de 'este sitio utiliza cookies', podemos poner estoy de acuerdo o leer más. Si entramos en leer más nos encontramos con el uso recomendado que nos propone la web en cuestión y que sería el mismo que aceptando el sí, estoy de acuerdo, o bien personalizarlo.

También podemos controlar el uso de estas cookies en nuestro propio navegador y siempre es recomendable eliminarlas al finalizar la sesión del mismo; acción que podemos hacer manualmente o configurarlo en el panel de control.

Rastreo de nuestros datos personales

Hay muchas cosas que como usuarios desconocemos y de las que los 'cazadores de datos' sacan provecho. Vamos a ver algunas que cuando menos resultan curiosas y es posible que no supiéramos.

Por ejemplo, el hecho de tener aplicaciones abiertas en nuestro dispositivo móvil aunque no las estemos usando nos están rastreando bien sea por la navegación en otras webs o aplicaciones, o bien como en el caso de Google, Facebook y otras que tienen por defecto acceso a nuestro teléfono al iniciar sesión o registrarse en cualquiera de sus servicios; y para limitarlo o anularlo hemos de cambiar la configuración del mismo. Es una práctica habitual el permiso a estos accesos sin requerirlo o que si lo requieren y no los aceptamos no podemos continuar con el registro.

Y estas empresas pueden saber en todo momento lo que estamos haciendo porque además, al poder acceder a nuestro teléfono escuchan a través del micrófono lo que estamos haciendo, bien sea porque se conectan y escuchan tus conversaciones telefónicas o simplemente que estés hablando con alguna persona de algún tema. ¿A quién no le ha pasado alguna vez? que le ha aparecido un anuncio de algo que estamos seguros de que nunca hemos mirado en internet pero por ejemplo un día estábamos hablando con algún amigo y salió un tema, lo comentamos y días después nos aparece un anuncio relacionado con ese tema. Pues bien, todo esto es porque Google aprovecha el uso del micrófono del teléfono para adquirir ciertos datos de nuestras actividades y con ellos intentar sacar un beneficio comercial de ello. De la misma manera que con el micrófono también recopilan datos de nuestra cámara o nuestra galería de archivos.

Otra de las formas de obtención de datos de usuarios es a través de las redes WiFi, principalmente las públicas. Nos resulta muy cómodo el poder conectarnos a una red pública ya sea abierta o con contraseña que se suele proporcionar a los clientes; pero en realidad es otra exposición más de nuestros datos a manos extrañas.

¿Protegerse o no?

Como hemos podido comprobar, la no cesión de nuestros datos se antoja algo inviable hoy en día porque si bien habíamos visto que ya era algo que se venía utilizando mucho antes de la irrupción de internet en nuestras vidas, tampoco sigue siendo algo exclusivo de la navegación por la red.

Cada vez que utilizamos por ejemplo una tarjeta de fidelización de un establecimiento; donde nos hacen rellenar ciertos datos y también hacen seguimiento de cuales son los productos que más solemos consumir. Algo que también sucede con otros muchos factores de nuestra vida cotidiana, bien sean tarjetas de crédito, abonos de transporte, TV inteligentes y una interminable lista que analiza nuestros gustos, nuestra localización y en general todos y cada uno de nuestros movimientos para intentar conocernos mejor que nosotros mismos y siempre poder ofrecernos aquello que piensan nos va a interesar.

Es harto complicado el estar libre de todo este seguimiento aún sin ser usuarios de internet. Siempre podemos intentar minimizar el impacto en nuestras vidas y vigilar cual es la información que proporcionamos y cual no. En todo caso es algo que nos acompaña desde siempre y cada día más.


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