A todas, alguna vez, nos ha dado vergüenza tener una mancha de sangre en nuestro trasero. Hay quienes tienen sus métodos para evitarlo, ya sea usando tampones, copas menstruales o usando ropa interior extra. ¿Qué pensarías si te dijera que hay una sencilla alternativa de tratar con nuestra sangre menstrual?

El Free Bleeding

Free Bleeding es la práctica que consiste en sangrar libremente sin necesidad de ningún tipo de producto que lo impida. Esta práctica se ha consolidado rápidamente en todo el mundo hasta convertirse en un movimiento que trata de concienciar sobre los productos femeninos y normalizar la menstruación socialmente.

Este movimiento se inició en la década de los setenta cuando los primeros movimientos feministas buscaban concienciar sobre el sangrado. Sin embargo, no es hasta el 2004 que el tema se vuelve realmente conocido a nivel mundial gracias a un post en el blog All about my vagina de Sarah Mundy, donde esta bloguera cuenta como decidió dejar los productos menstruales

A partir de ese momento, otras celebridades se han ido uniendo a la causa, como en el caso de Kiran Ghandi que corrió toda una maratón sin tampones o toallas.

¿Cómo funciona?

Bien, puedes optar por usar tu ropa interior de siempre o no ponerte nada y simplemente, relajarte y estar cómoda en tu casa o en cualquier otro lugar donde te sientas segura.

O bien, puedes realizar contracciones en los músculos vaginales, similares a los ejercicios de kegel, para controlar tu flujo de sangre y así elegir cuándo y dónde soltar los coágulos, que aunque puede sonar extraño, es totalmente posible con un poco de práctica.

¿Es higiénico?

Hoy en día, contamos con ropa interior capaz de combatir los gérmenes, además, este método es, definitivamente, el menos contaminante.

En el caso de que sufras de alguna enfermedad transmisible por sangre, tal vez, tengas que busca otras opciones.

Aunque esta forma de entender la menstruación es una alternativa bastante ecológica, sin duda que no deja de ser controvertida ya que supone un cambio cultural respecto a temas que históricamente se han considerado un tabú.

Quién sabe si, quizás, en un futuro este desafío a las antiguas costumbres sociales llegue a normalizarse. Una cosa está clara sin embargo, la menstruación no tiene porqué ser un estigma, ni asquerosa.

¿Y tú qué opinas?, ¿lo probarías?


Imagen de Fernando Zamora

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