En esta época maravillosa de novedosas tecnologías tenemos acceso a variedad de medios y dispositivos funcionales, los cuales facilitan información y entretenimiento que mejoran sin duda las posibilidades de aprendizaje, de interactuar y aportar para el mejoramiento de la sociedad humana.

No obstante, gran cantidad de entretenimientos y contenidos disponibles van dirigidos a alejar a las personas, sobre todo a los más jóvenes, de una vida recta. Por lo cual debemos entrenarnos para saber elegir y usar sabiamente tales medios y dispositivos a fin de que, lo que leamos, escuchemos y veamos, contribuya a elevar nuestro espíritu.

Es fácil que por falta de criterio, lo que es incorrecto y mal intencionado parezca normal, gracioso, admirable o por lo menos emocionante. Con su magia y efectos especiales, los medios muchas veces dejan entrever que quebrantar leyes universales establecidas, ahora es aceptable y por lo tanto no acarreará malas consecuencias.

Lo vulgar, lo inmoral, lo violento, lo pornográfico se pone a la disposición en cines, música, internet, tv, publicaciones y telefonía, para alejarnos de un espíritu elevado. En el caso específico de la pornografía, exposiciones inesperadas o dadas por la curiosidad, pueden llegar a convertirse en una adicción desmoralizadora, contraria a la búsqueda de un crecimiento espiritual. Si bien es cierto que cuidar de nuestra autoestima y autodominio es importante, no menos fundamental es valorar y cuidar el tiempo de calidad, nutritivo, que se puede pasar con padres, hijos, abuelos, hermanos y buenos amigos; pues un mal uso de los medios y dispositivos comunicacionales pueden entorpecer tu sensibilidad, interferir y alejarte de relaciones personales provechosas, al pasar largos períodos con videojuegos, móviles y toda clase de medios audiovisuales.

El baile, por su parte, es divertido y proporciona una oportunidad para conocer personas, pero es conveniente y respetuoso evitar posiciones y movimientos que insinúan comportamientos sexuales o violentos, o de alguna forma inapropiados en cuanto a la manera de vestir, el arreglo personal, la iluminación o la letra de los temas musicales.

Precisamente, en cuanto a la música se refiere, ésta puede enaltecer tu existencia porque tiene una profunda influencia en tu mente, tu espíritu y tu comportamiento, por eso es tan importante seleccionar con cuidado las melodías que escuchamos y prestar atención a lo que se siente cuando lo estamos haciendo.

Ciertas composiciones llevan mensajes mal intencionados y hasta destructivos, buscan aupar la inmoralidad o incitar a la violencia y esto lo pueden hacer por medio de la letra, el ritmo o la intensidad.

La música que utiliza un lenguaje ramplón, prosaico u ofensivo o que promueve prácticas inadecuadas, entre ellas porno auditiva, entorpece la sensibilidad espiritual. Es necesario buscar melodías que te inspiren, que promuevan realizar acciones correctas y que te ayuden a reconfortar tu espíritu.

Sé amable con los que te rodean al mantener la música que escuchas en un nivel razonable y si una persona te habla, quítate los auriculares para atenderla. La inspiración espiritual llega en una voz suave y apacible, así que si constantemente aturdes tus oídos con sólo música estridente, tal vez no tengas el momento de tranquilidad necesario para pensar, sentir y recibir la guía espiritual.


Imagen de Victoria Heath

E
hace 3 años

Sobre todo los jóvenes, promesas de una mejor sociedad, son proclives a enredarse en los tentáculos de la pornografía.

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