5 Mitos Sobre El Cuidado De Tu Motor

Hay prácticas que aún perduran en nuestro argot automotor, aunque ya están relegadas por los avances tecnológicos o científicos.

Son mitos y medias verdades heredadas de épocas anteriores y utilizadas todavía por muchos entusiastas.

Como ingeniero me encantan los datos porque nos ayudan a derribar conceptos preestablecidos. Sé que es difícil discernir de la experiencia y solo aprendiendo se logra una opinión propia. Por eso, para ayudarte a que cuides mejor tu motor, te propongo discutir 5 de estos mitos.

1. Mientras más frío trabaje un motor, es mejor

El estado térmico de un motor no se puede valorar con exactitud con un solo parámetro. Es necesario poseer la información del régimen térmico de todas las piezas principales.

Como ya sabemos, en la práctica se realiza una evaluación indirecta de este estado tomando como criterio de valoración la temperatura del líquido refrigerante (agua de enfriamiento) y en ocasiones también del lubricante, atendiendo a que el régimen térmico está relacionado con ellas.

El sobreenfriamiento, conjuntamente con el recalentamiento, constituye una alteración del estado térmico normal, aunque no sea comprensible para muchos que el hecho de trabajar un motor a temperaturas bajas (hablamos de ≤ 70 °C) sea dañino.

El cilindro: un reactor químico

Entendamos que la temperatura de las paredes del cilindro donde ocurre la combustión depende directamente de la temperatura del agua de enfriamiento.

La cámara de combustión de un motor es como un reactor donde las condiciones de temperatura y presión son muy variables.

En estas circunstancias los óxidos de azufre se combinan con el vapor de agua presente de la combustión para formar compuestos ácidos (H2SO3 y H2SO4). Estos son altamente corrosivos para los elementos metálicos y al mismo tiempo aceleran el agotamiento de los aditivos detergentes que forman parte de la reserva alcalina del lubricante.

Lluvia ácida en tu motor

El punto de rocío es la temperatura a la cual estos compuestos empiezan a condensarse en las paredes del cilindro, produciendo rocío o neblina cáustica.

Mientras más fría estén las paredes, en combinación con las presiones existentes dentro del cilindro y sumado al alto porcentaje de azufre del combustible, más rápido llegan los compuestos a condensarse, con las complicaciones que de ello se derivan.

Por tanto, en un motor que trabaje muy frío se agrava la formación de la mezcla del combustible, porque se enriquece, y esto provoca su auto-inflamación.

La condensación del vapor de agua y de los productos de esta combustión incompleta favorece el lavado de la película de lubricante y, por tanto, el aumento de la intensidad del desgaste.

Cuando empeoran las condiciones de rozamiento disminuye la potencia, aumentan los gases de escape, el consumo de aceite y las pérdidas de energía por calor y fricción.

¿Cuál es la mejor temperatura de trabajo?

Eso depende de cada fabricante. A modo general los cálculos indican que la temperatura del agua de enfriamiento debe estar entre los 70-90°C para reducir la velocidad de este ataque químico del azufre.

En cualquier caso, note que conseguir que el motor trabaje lo más frío posible no es precisamente la clave para cuidarlo más.

2. Humo negro significa “mucha potencia”

Ayer recordé la charla que tuve hace un tiempo con un amigo que manejaba un ómnibus y no entendía la manera en que una coloración de humo negro conspiraba seriamente con el sobreconsumo de combustible.

Según él, alguna vez aprendió que “un motor que quemaba humo negro era un motor que estaba alcanzando su máxima potencia”.

Sin embargo, hoy podemos afirmar que el humo negro que sale por el escape de tu auto es en realidad combustible que se desperdicia por diversas razones.

¿Cuál es la causa?

Por lo general en motores diésel como los de un ómnibus, se debe a una combustión incompleta producida por una mezcla parcialmente quemada que hace que aparezcan residuos de carbonilla. Estos residuos se expulsan por el tubo de escape en forma de humo negro o gris oscuro, en función de su densidad.

Después del error viene el gol.

Para mostrarle numéricamente cuánto le costaba el problema, me pude apoyar en una variable fortuita, y es que su motor era norteamericano, de marca Cummins.

Casualmente había leído, en un Boletín de este mismo fabricante, que el combustible que se desperdicia puede ascender hasta el 15% de los costos totales por concepto de consumo de combustible.

Hagamos un cálculo simple. Tomemos como ejemplo un viaje Barcelona-Madrid, ida y regreso:

• Kilómetros del recorrido: 1 010 km

• Índice de consumo de combustible: 0.28 L/km (3,5 km/L)

• Precio de 1 L del Gasóleo A: 1.099 €/L

Calculemos cuánto dinero se gasta por concepto de combustible en un viaje:

1 010 km ∙ 0,28 L/km ∙ 1.099 €/L = 310.80 €/L

Según Cummins hasta el 15% de este dinero puede desperdiciarse:

310.80 €/ ∙ 15% = 46.62 € que se desperdician en cada viaje: humo negro.

Quizás esto no parezca mucho, pero cuando tienes un promedio de un viaje cada dos días, al finalizar el año el problema anda ya por los 56 720 € solamente en ese bus. Un costoso error que terminó en gol en contra para su bolsillo.

3. No interesa mucho donde cambio el aceite al motor

Claro que importa cómo, cuándo y dónde le cambias la “sangre” a tu motor, porque el proceso implica una actitud responsable.

Una simple operación de este tipo puede constituir una excelente oportunidad para retroalimentarnos al respecto de la salud del aceite, su contaminación y el desgaste de los elementos metálicos.

Hazlo tú mismo.

Cambiar el aceite por uno mismo depende de las condiciones personales de cada quien. Si tienes habilidades manuales, conocimientos básicos de mecánica y cultura de trabajo, ya tienes la mitad de la batalla a tu favor.

Puedes hacerlo por ti con las llaves adecuadas para cuidar la cabeza del tapón o quitar el filtro de aceite (ej. una llave de cinta de metal universal como la de Wiesemann o una llave extraíble como la de Krtopo).

Si estás pendiente de no montar mal la rosca, de no dejar flojo el tapón de la varilla medidora, de volver a su lugar cuanta cosa tengas que desconectar para trabajar más cómodo, etc.

Debes respetar los torques, no excederte apretando, así como verificar que la junta del filtro esté bien asentada. Si es posible, evita hacerlo con mucho polvo o humedad volando sobre el motor destapado. Si es inevitable, protégelo con un trapo o nylon. Trabaja mejor en una superficie plana.

La otra mitad que debes ganar para hacerlo por ti mismo es conocer el filtro y lubricante correcto que lleva tu auto.

Eso lo sabrás por el manual del fabricante o consultando a un Especialista.

Debes respetar la viscosidad y el nivel de calidad. Puede ser que esto cambie según la taza de desgaste que ya tenga tu motor. En mi artículo “Consejos para saber cuál aceite lleva mi coche” puedes encontrar ayuda al respecto.

Recuerda ser responsable con el medio ambiente y desechar el filtro, el aceite usado y los trapos sucios en los lugares habilitados.

Ir a un Taller especializado.

Te pregunto: ¿te importaría hacerte un tatuaje donde veas al tatuador trabajar sin guantes o reutilizando las agujas? Seguramente no. ¿Por qué? Porque no te garantizan la confianza ni la cultura de buenas prácticas que necesita el proceso. Así funciona con el lugar donde se cambia el aceite.

Necesitamos que el personal del taller donde lo realizamos sepa alertarnos proactivamente y que su interacción con nosotros sea casi familiar.

No es solo que técnicamente sepan de autos, sino que conozcan el nuestro, los temas relacionados con la viscosidad y especificación de calidad que necesitamos, cuándo precisamos cambiarlos, nuestro per cápita de recorrido mensual o zonas o regímenes de manejo, etc. Es mucho mejor ir a un médico de cabecera y ser atendido por una historia clínica propia, con tus datos y tus problemas.

Es vital que en el proceso se garantice que el aceite nuevo esté limpio, seco y fresco desde la calidad comprobada del producto que se cambia hasta la instalación de un filtro nuevo; pero igual que respete el medioambiente y la seguridad y salud del mecánico.

4. El filtro se sustituye cada 2 cambios de aceite

No tiene por qué ser así; para asegurar esto depende de en qué momento de la vida del filtro haces el cambio de aceite.

Recuerda que el elemento tiene un periodo de vida útil caracterizado entre otras causas por la reducción de su tamaño de poro a medida que se va llenando de partículas sólidas.

Si cambias el aceite antes de que el nivel de suciedad y humedad de este pueda reducir totalmente esa vida útil, entonces –en ese momento- estarías cambiando el lubricante y aún el filtro no se habría ensuciado lo suficiente como para quitarlo. No podría decir aún que es malo.

¿Conoces a la válvula de alivio?

La mayoría de los filtros tiene una válvula de alivio de presión, aunque hay motores que la tienen en el cuerpo de la base o la salida de la bomba de aceite.

Su trabajo es abrir cuando la presión dentro del filtro se vuelve excesiva y sobrepasa un valor reglado.

Esto sucede porque el aceite está muy viscoso (ej. cuando se emplea una mayor viscosidad que la que lleva el motor, aceite sucio pasado de mantenimiento, etc.) o porque el medio filtrante está entupido. De no existir esta válvula, el motor podría trabajar sin lubricación.

El aceite que pasa por esta válvula pasa sucio, pero por lo menos pasa. Todo tiene un límite. Aunque cambies el aceite cada 5 km, llegará un día en el que la presión diferencial alcanzará su valor permisible, provocada por la suciedad, e inevitablemente deberás sustituirlo por uno nuevo. En un artículo anterior (“Trece preguntas para evitar la COVID en su auto”) hablo de las consecuencias de no hacerlo.

Respetemos el intervalo de mantenimiento

Si realizas el mantenimiento según el Manual del auto, es casi seguro que ya los sedimentos habrán llegado a taponar toda la media o estén muy próximo a hacerlo.

El fabricante del motor tiene en cuenta el material de la media filtrante, tamaño y densidad de los poros o la tasa de filtración Beta para darte su valor de intervalo de cambio.

Si bien es cierto que puedes reducirlo según tus propias condiciones de manejo y ambiente de trabajo, considero que en ese momento sí sería malo cambiar el aceite y dejar el mismo filtro sucio.

5. Lo mejor para un motor viejo es subir la viscosidad del lubricante

Lo más razonable cuando un motor ha perdido su capacidad de trabajo es repararlo o cambiarlo por otro nuevo.

El aceite no hace trabajo mecánico de restauración.

No tengo dinero para reparar y necesito producir.

Si no puedes reparar el motor, probablemente aumentar la viscosidad sí sea una manera de continuar explotándolo.

Con la alta viscosidad disminuye el consumo de aceite.

La estanqueidad que se logra en la cámara de combustión producto del sellado más hermético, posibilita menos fugas de gases. Esta disminución hace aumentar la presión dentro del cilindro y con ello la Potencia Indicada del motor.

¿A qué viscosidades me refiero?

Los grados más usados en estos menesteres son el SAE 20W-50. Recomendamos el 

Repsol Elite Super 20W-50 

el CASTROL POWER 1 20W-50

y en última instancia

el Repsol Perfomance High Mileage 25W-60

¿Cómo mejorarán los indicadores?

Si las pérdidas energéticas necesarias para vencer la nueva viscosidad propuesta, no son significativas comparadas con la ganancia en la Potencia Indicada y –por tanto- en la Potencia Efectiva, entonces podemos afirmar que se logra también un balance energético positivo.

Cabe decir que, a consecuencia de la mejora en la Potencia Efectiva, el consumo de combustible también puede verse beneficiado.

Debido a la mayor resistencia al flujo del nuevo producto, la presión de aceite debe subir, solo que esto no necesariamente significa buena circulación en el sistema.

Tampoco garantizará siempre incremento del caudal (flujo), que es con quien se logra aumentarle la velocidad al aceite dentro de los conductos para que lubrique, refrigere y limpie mejor.

Desde luego que, si aumenta la presión de aceite, también lo hará el consumo de potencia de la bomba; pero quizás a estas alturas este tipo de análisis no te interesen, pues lo que intentas es mantener operando una máquina que ya ha perdido su capacidad “razonable” de trabajo.

¿Debo valorar un cambio del filtro?

Yo no diría categóricamente que sí, pero nota que, si bien los componentes mecánicos tienen gran desgaste y permiten estos “ajustes” por viscosidad, el filtro de aceite nunca se cambia por otro de diseño o prestaciones distintas cuando migramos a un aceite altamente viscoso.

¿Podría sucederle algo?

En efecto, la válvula de alivio de presión podría quedarse cerrada si la viscosidad del lubricante a la temperatura de trabajo es muy alta (según el valor establecido por diseño).

Esto puede, incluso, ser tan grave como para romper el tubo central del filtro.

Tampoco es descabellado pensar que la empaquetadura del filtro pudiese salirse por sobrepresión mientras el motor trabaja.

En fin, puede ser una buena idea emplear altas viscosidades para extender la productividad del equipo, pero considero que debe ser la excepción y no la regla:

los aceites muy viscosos no “arreglan” las piezas desgastadas, simplemente influyen sobre indicadores de desempeño del motor haciendo que mejoren respecto a los logrados con otro menos viscoso.

Resumiendo

En pocos minutos vimos como el motor tiene una temperatura óptima calculada por diseño y bajar de este valor no es necesariamente bueno.

Aprendimos que cuando el auto suelta humo negro por el escape es una forma fácil para diagnosticar problemas de combustión y no un indicativo de prosperidad.

Es necesario que entendamos que la lubricación no es una actividad, sino un proceso, por eso debemos darle importancia al lugar donde cambiamos el aceite.

Este protege al motor a costa de su propia vida, pero cuando la máquina tiene elevado desgaste lo mejor será cambiarla o repararla.

Emplear un aceite más viscoso apenas es una solución temporal para no dejar de explotarlo, pero no resuelve la causa raíz del problema.

O sea, no hay que discutir con la experiencia, sino aliarse a ella con datos y nuevas tendencias. La idea de derribar estos mitos es que fomentes un cambio en tu cultura para que puedas aprovechar mejor tu dinero.

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Imagen de andreas160578