Érase una vez un escritor canario, nacido en los setenta, cuya visión de la sociedad en la que vivía transgredía los límites de su propio tiempo y cuya expresión escrita dominaba todas las técnicas y, de hecho, las inventaba.

El 'Rimbaud español'

Es impresionante descubrir la obra de Félix Francisco Casanova. Para mí, incluso ha sido más que eso. Podría definir la experiencia como abrumadora si es que tal adjetivo se pudiera usar para una obra escrita por un genio que, desde niño, discernió que quería cruzar todos los abismos para llegar a ser tan solo «un poeta».

Lo primero que llegó a mis manos fue un poema suyo que inundó mi menté de spleen: «Eres un buen momento para morirme». Con ese título uno ya sabe que está por venir algo realmente diferente, potente, arrollador. Al acabar de leerlo, supe, inmediatamente, que tenía que adquirir su obra y no porque algunos lo califiquen como el «Rimbaud español», tampoco porque otros lo clasifiquen dentro de «los malditos» sino porque me produjo una sensación única, una sensación que ningún otro escritor me había causado con anterioridad ni tan siquiera 'Una temporada en el infierno' o 'Un poeta en Nueva York' de Lorca.

Escondía en cada verso una sabiduría de la vida y, sobre todo, de los abismos de la mente que nada tenía que ver con Baudelaire y sus Flores del Mal.

Lo más increíble de todo es que le salía de una manera natural. Sin duda, estaba ante un genio. Afortunadamente la editorial Demipage publicó de nuevo su diario, su poesía y su novela y, de esta forma, pude adentrarme en el mundo del que, a mi parecer, es el mejor escritor de todos los tiempos.

1. 'HUBIERA O HUBIESE AMADO' (1974)

La mejor forma de comprender, si es que se puede, la perspectiva de un genio es su dietario personal. Así que fue con lo que comencé.

En cada página que iba leyendo encontraba un nuevo Félix. Un chiquillo tímido, un poeta experimentado, un seductor, en otras, también un tipo bastante irónico, alguien que juega con las palabras como quien lo hace con un coche de juguete. Hacia delante, hacia atrás… Ahora hago que vuelque, a continuación, un derrape. El léxico era suyo y hacía con él lo que le venía en gana. Así se mostraba en la construcción de sus poemas.

En el terreno más personal, dejaba entrever una personalidad sobresaliente y humilde. Comentando, por ejemplo, cómo no acababa de entender que le otorgasen premios. Todos los halagos hacia su persona, en realidad eran pocos, pero él no lo veía así, aunque supiera que no era un escritor al uso, ni tan siquiera, alguien como los demás estudiantes de su facultad.

2. POESÍA

Muchos dicen que Félix Francisco era un poeta. Y sin duda lo era. Su obra poética rebosa de ingenio y maestría para un chico tan joven. O para cualquiera.

En 'El invernadero' (1973), por el cual ganó el premio de poesía Julio Tovar, por supuesto, nada es lo que parece. Ni las flores son tan flores, ni lo bello es tan bello.

Ya se percibe esa contradicción que solo poseen los que son capaces de verlo todo, tanto el bien como el mal. Aun así, todo es belleza si salía de sus dedos. Él mismo, era belleza.

A continuación, 'La memoria olvidada' (1974-1975), uno de los poemarios más impactantes bajo mi punto de vista.

En esta obra, este ser único habla de síndromes. Y bien es cierto que uno siente ese llamado Síndrome de Stendhal en cada uno de sus poemas. Esa personalidad contradictoria va tomando forma. La forma de una visión poética única e incomparable, puesto que su forma de expresarse, aunque influenciada por un gran número de autores, como él mismo dice, no tiene parangón.

'Una maleta llena de hojas' (1974-1975) es un trabajo mucho más melancólico y oscuro. Los versos se te clavan en las terminaciones nerviosas como agujas. Te hace estremecer con cada palabra. Hace que te adentres en mundos, en algunos casos, inhóspitos todavía para los que no se han adentrado en las profundidades de su mente, para los que viven una realidad impuesta y sencilla.

Él te hace despertar, te hace comprender que la vida es «un autobús de medianoche». En el mismo 1975 escribe 'Agua negra'. Continúa con su visión oscura de una realidad que es así, tal y como el la describe, por mucho que tengamos momentos en los que el sol brilla y todo parece un cuento de hadas. Lo siento, pero no. La realidad es cruda, dolorosa, negra, «un bocadillo de pájaros».

Dentro de la 'POESÍA COMPLETA' hay muchos más títulos, tales como 'Cuello de botella' o 'Los botones de la piel'. Al fin y al cabo, cada uno debe descubrir en cada autor lo que su inconsciente busca.

3. NOVELA

El 'El don de Vorace' (1974) obtuvo el premio Pérez de Armas. Os aseguro que no existe una novela igual.

En ella, Casanova demuestra que no solo era un poeta, era mucho más, un escritor capaz de conseguir de la poesía, prosa. Y de la prosa, poesía.

Bernardo Vorace, el protagonista, es uno de los personajes mejor elaborados de la literatura universal. Un tipo culto y único, como su creador.

Por supuesto, no os voy a dar más detalles de la obra ni del autor más importante de la literatura española. No soy, en ningún caso, de esos que intenta influir a nadie con su opinión…


José Bernardo, CC BY-SA 2.0, via Wikimedia Commons

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