¿En qué consiste el cine de animación que tanto atrae y sigue entreteniendo a millares de personas de todas las edades desde hace más de un siglo?

Etimológicamente, el verbo “animar” proviene del término “anima” que quiere decir vida. Por lo tanto, consiste en dar vida, en este caso, a objetos que, en principio, son inanimados.

Una de las anécdotas más conocidas del séptimo arte es la del incidente personal que llevó a un joven David Lynch (que originalmente quería ser pintor) a interesarse por el cine.

Tras culminar un cuadro de una bailarina en un bosque, una ráfaga de viento se coló por una ventana que, al rozar la tela, provocó un efecto tal que por, un instante, creyó ver a la bailarina a punto de moverse.

Eso lo llevó a interesarse por la imagen en movimiento y de ahí, su primer cortometraje, una tan breve como curiosa animación en “StopMotion” intitulada “Six men getting sick” (“Seis hombres enfermándose” - 1966).

Justamente, hablar de los orígenes de la animación lleva invariablemente a remontarse a los inicios del cine.

Es enorme la cantidad de invenciones que sirvieron de base e inspiración para el desarrollo del cine. Desde los primeros juguetes ópticos, como la linterna mágica en el SXVII, hasta lo que, oficialmente, es la aparición del cine con los Hermanos Lumière en el año 1895.

Resulta que los citados Hermanos Lumière no habrían hecho más que perfeccionar algo que ya existía pero haciendolo llegar al gran público y dando, así, origen al negocio cinematográfico (pues cobraban por sus proyecciones). Dicho artilugio era empleado solo como atractivo, como si de un espectáculo de feria se tratara.

Apenas unos años antes, ya se había empezado con los primeros experimentos que tenían, como primordial objetivo, el registro del movimiento para intentar entenderlo.

En el año 1878, el fotógrafo británico Eadweard Muybridge, a partir de una apuesta, pone en práctica un experimento con cámaras fotográficas que, colocadas cuidadosamente en una pista, le permitió obtener una serie de varias fotos que, puestas en orden y en movimiento, lograban reproducir en imágenes un ciclo del trote de un caballo de carreras.

He aquí lo que se considera la verdadera primera película propiamente dicha y por ende, el verdadero nacimiento del cine.

Esa fue la base para el incipiente cine de animación además de para el estudio de la famosa Teoría de la Persistencia Retiniana, muy importante en la materia.

Ya entrando en el SXX, nos encontramos con figuras claves como el francés George Méliès como precursor de los efectos especiales y 'padre' de la animación o más precisamente, del Stop Motion.

Ésta, también conocida como “animación cuadro a cuadro” o “paso de manivela” fue descubierta, accidentalmente, al atascarse una cámara. En ese momento, desapareció la imagen y cuando ésta volvió, la cámara siguió filmando pero desde donde había quedado antes del atasco.

Sin embargo, hubo un nombre, casi ninguneado por los libros de historia del cine: el de Segundo de Chomón.

Cineasta de origen español pero que desarrolló casi toda su carrera en Francia y que, con el tiempo, sería reivindicado.

Más allá de la rivalidad que tendría con Méliès, Chomón empezó como ayudante de éste, más precisamente como colorista en algunas de sus películas pues, en aquel entonces, ya se hacían los primeros experimentos pintando cuadro a cuadro. Fue por esto, junto a otras habilidades suyas, que sería reclutado por los estudios Pathè que le llevaban la contra a Méliès.

Chomón se destacaría por su empleo notable del Stop Motion, como se aprecia en cintas como “La Mansión Encantada” (“Le mansion ensorcelée” de 1907) o “El hotel eléctrico” (1908).

Además, se lo considera el verdadero precursor del surrealismo en el cine a partir de su film “Una excursión incoherente” (“Une excursion incoherénte” de 1909), influenciada por el grupo vanguardista de Las Artes Incoherentes de fines del SXIX.

Con el paso de los primeros años del SXX, las primeras animaciones tenían, en su mayoría, mucho de experimento lúdico.

Desde “Humorous phases on funny faces” (1906) realizado por J. S. Blackton a partir de dibujos en un pizarrón hechos por él mismo, pasando por “Fantasmagorie” (1908) de Émile Cohl, hasta llegar al trabajo de Wladyslav Starewicz quien, con su método intuitivo y empleando insectos muertos/disecados, llevaría el stop motion a otro nivel con títulos como “La venganza del camera” (“Mest kinematograficheskogo operatora”), de 1912.

En aquellos tiempos, daría sus primeros pasos en dicha técnica de animación Willis O’Brien, futuro responsable del clásico King Kong. En esos años, haría filmes tales como “El dinosaurio y el eslabón perdido: una tragedia prehistórica” (“The dinosaur and the missing link: a prehistoric tragedy” de 1915).

Uno de los máximos pioneros de la animación 2D (dibujos animados tradicionales), ha sido Windsor McCay.

McCay ha sido una figura relevante e influyente en la historia de los cómics al ser el creador del trascendental clásico Little Nemo in Slumberland.

Un animador excepcional con un estilo muy fluido, siendo el primero en emplear la animación por cuadros claves. Entre sus títulos se destaca “Gertie el dinosaurio” (“Gertie the dinosaur”, de 1912).

A pesar de que, tradicionalmente, se consideraba a Blancanieves, el clásico de la Disney, como el primer largomentraje animado, en realidad, el primer largometraje de dibujos animados se hizo en Argentina de la mano del caricaturista y animador Quirino Cristiani, bajo el título de “El Apóstol”, en el año 1917.

Obra pionera de la cual, lamentablemente, no se habría conservado material (salvo apenas algunos dibujos) y que surgió del deseo del ilustrador por darle movimiento a sus caricaturas basadas en el presidente Yrigoyen.

Cristiani firmó otras tantas obras animadas tales como los cortometrajes “Los que ligan” (1919) y “El mono relojero” (1938), y sería considerado una verdadera figura clave de la animación por parte de los entendidos/as en la materia, tanto en su país como en el resto del mundo.

En los años 20 aparecen los primeros personajes animados que se volverían populares, como Felix the cat, creado por Pat Sullivan y Otto Messmer.

Este personaje tuvo su primera aparición en “Feline follies” (1919), y en el año 1928 llega por primera vez a la pantalla grande con “Steamboat Willie” (“Willie y el barco de vapor”), en donde se presenta en sociedad al ratón Mickey, icónica creación de Walt Disney.

En aquellos años, también se realiza “Las aventuras del Príncipe Achmed” (“Die abenteuer des Prinzen Achmen”, de 1926), pieza clave en la materia por ser el primer largometraje animado con empleo de recortes. Esta obra fue creada por una de las pioneras de la animación, la alemana Lotta Reiniger.

Ya entrando en los años 30, de la mano de la Disney, en sociedad con otros productores, llega la serie de las “Silly Symphonies” (“Sinfonías tontas”), de las que se destaca “Flowers and Trees” (“Flores y árboles”, de 1931), sobresaliente gracias a una animación fluida de los personajes junto con el empleo novedoso del sonido sincronizado.

Durante esa década, de la mano justamente de la Disney, llega la película que, a pesar de no ser el primer largometraje animado propiamente dicho, sí es el primero en ser estrenado y distribuido internacionalmente: el ya citado “Blancanieves y los siete enanitos” (“Snow White and the seven dwarfs” - 1937).

Es también durante los años 30 que aparece. dentro de la serie Talkatoons, aunque no como protagonista principal, Betty Boop, en el cortometraje “Dizzy Dishes” (1930).

Es, precisamente, en una de las primeras aventuras de este personaje, y de la mano de su creador, Max Fleischer, que se daría forma a la rotoscopia, consistente en “animar” (pintando los correspondientes dibujos) sobre una película filmada y actuada por actores reales.

Los años 40 serían la época de oro del “cartoon”, gracias a la producción animada de grandes sellos como MGM y la Warner Bros.

En esta época, el “cartoon”  adquiere un carácter más industrial pero no exento de calidad. Aparecen, en esos años, una gran cantidad de personajes tan clásicos como emblemáticos, desde Bugs Bunny creado por Tex Avery (uno de los artistas más influyente de la animación) hasta Tom & Jerry creados por Hannah y Barbera.

Durante los años 50, a partir de una huelga desatada en la Disney que llevó a la partida de varios de sus animadores, surgen los estudios United Productions of America (UPA), caracterizados por su producción centrada en la animación limitada o minimalista, tendiente a la economía de gestos y destacando poses expresivas. Su personaje insignia será el célebre anciano, corto de vista, Mr. Magoo, uno de los primeros protagonistas humanos en una serie animada.

Eso servirá de base e inspiración para el surgimiento, durante los 60, de la célebre Hanna-Barbera productions, máximo exponente de la referida animación limitada/minimalista, más enfocada en la producción industrial de seriales televisivos.

Este tipo de producciones exigían realizar una mayor cantidad de animación cumpliendo con entregas regulares, o sea, en menos tiempo y con poco presupuesto.

Será el semillero de series televisivas clásicas como “Los Picapiedras” (The Flintstones), “El oso Yogi” (The Yogi bear show), “Los Supersónicos” (The Jetsons) entre otras…

Entre los 50 y 60, un discípulo de Willis O’Brien haría historia inspirando a futuras generaciones al convertirse en el máximo exponente de la animación stopmotion, llevándola a niveles nunca vistos al incluir a personajes de carne y hueso: nos estamos refiriendo a Ray Harryhausen.

Hacia fines de los 60, se llevan a cabo los primeros largometrajes animados concebidos especialmente para un público adulto.

Vendrían, desde el Japón, de la mano del proyecto “Animerama”, capitaneado por uno de los pioneros del animé, Osamu Tezuka, que ya era reconocido por su creación Astroboy y por dar forma a los rasgos tan característicos en el anime (ojos enormes, redondos y expresivos), inspirándose, a su vez, en la obra de Windsor McCay y Walt Disney.

¿Y el CGI cuando surgió?

Más allá de los numerosos antecedentes, el C.G.I. “Computer-generated imagery”, es decir, imágenes generadas por computadora, se utiliza por vez primera en el cine para darle forma a la visión computada de un humanoide interpretado por Yul Brynner, dentro de la versión original cinematográfica de “Westworld” (1973), de Michael Critchton, la misma que décadas después sirvió de base para la serie de HBO.

A partir de allí, fue evolucionando, auxiliado por los avances en tecnología a través de películas como “Tron” (1982), de Steven Lisberger, clásico de culto producido por la Disney.

En “El joven Sherlock Holmes” (“Young Sherlock Holmes”), 1985, de Barry Levinson, por primera vez, aparecía un personaje completamente creado por C.G.I. interactuando con actores reales.

Otros grandes avances significaron “El Abismo” (“The Abyss”), de 1989, y sobre todo, “Terminator 2: El juicio final” (“Terminator 2: Judgment day” ), 1991, ambas de James Cameron, en donde se llevaría el C.G.I. a una frontera nunca vista hasta ese entonces en el cine.

Durante los 90, llega el clásico paradigmático “Parque Jurásico” (“Jurassic Park”), 1993, de Steven Spielberg donde se perfeccionó el C.G.I. dando vida a los dinosaurios.

También en “La máscara” (“The mask” - 1994) de Chuck Russell, que catapultó a la fama a Jim Carrey, y donde se explotaría ese recurso al servicio de la caricatura.

Finalmente, otro título clave para la animación fue la primer entrega de Toy Story (1995) dirigida por John Lasseter y que sería la consagración de los estudios Pixar que, desde los 80, con su premiado primer corto Luxo Jr. (1985), dirigido por el mismo Lasseter, ya venía experimentando con la animación con C.G.I.

Nos faltó hablar de la conquista del anime, a partir de los 80, con la saga de “Robotech”, o la obra del enorme Hayao Miyazaki o del trascendental clásico cyberpunk “Akira” (1988) de Katsuhiro Otomo.

Tampoco llegamos a hablar del Motion Capture (captura del movimiento o mocap) cuyos orígenes se lo vinculan con la ya citada rotoscopia y que pasaría a ser tan empleado, sobre todo en materia de efectos especiales, con el paso de las décadas y la evolución tecnológica.

Pero tenemos que ir cerrando, pueda ser que en otra oportunidad le dediquemos unas líneas tanto a éstas como a otras tantas cosas que quedaron fuera.

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