Dios, Nuestro Padre Celestial, dotó a la naturaleza de absolutamente todo lo que podríamos necesitar.

Todo lo podemos obtener de manera orgánica desde nuestros espacios, podemos producir nuestros propios alimentos, verdaderamente nutritivos.

Esto es de suma relevancia si consideramos que el tipo de alimentación a la cual accede una población, determina si es una población enferma, dependiente y débil, a la que se le puede atacar y dominar con mayor facilidad.

O si por el contrario es una población sana porque produce sus propios alimentos desde sus espacios, una población por tanto, fuerte, que podrá resistir y mantenerse independiente, soberana, libre.

Por todo lo anterior debemos aprender con detalle como las plantas nos favorecen tanto en la alimentación como en la salud, de los seres humanos, de los animales y de las mismas plantas.

PLANTAS QUE CURAN OTRAS PLANTAS

Tratemos pues sobre cómo podemos elaborar remedios para la salud de nuestros huertos usando preparados vegetales, porque las plantas que en su mayoría embellecen el paisaje, además de cuidar el cuerpo y el espíritu humano, también se cuidan entre ellas mismas.

Primero, debe tenerse presente que si las plantas tienen un débil estado nutricional son propensas a ser atacadas por hormigas y otras plagas, entonces, lo primero es aplicar un buen abono orgánico (bioinsumos, biofertilizantes).

Luego, el ecosistema que representa un huerto, debe trabajarse conservando los equilibrios, entre uno y otro ser vivo, tanto con el uso de biopreparados (extractos, infusiones, decocción, maceración y purines), como con el uso de 'plantas asociadas'.

Entre las ventajas de los biopreparados se pueden mencionar:

  • Ser económicos en su elaboración
  • Ser inocuos a la piel y vías respiratorias de las personas
  • Abonan
  • Estimulan las buenas condiciones generales de la especie cultivada (entre ellas el crecimiento y su sistema inmune)
  • Favorecen las 'buenas relaciones' entre las plantas.

En cuanto al uso de 'plantas asociadas', juegan papel preponderante las raíces, los aromas y los colores. Por ejemplo, una planta de tomate puede ser atacada por el hongo fusarium que penetra y daña las raíces secando la planta, pero si se ha sembrado al lado de un cebollín (cebolla de verdeo), su raíz produce una bacteria que controla el fusarium.

Los gusanos del suelo o nemátodos, son controlados por una sustancia ácida que suelta por sus raíces el llamado clavel de muerto.

Así como el olor de ciertas plantas ayuda a repeler a los insectos, también la profusión de diversos colores en los distintos vegetales del cultivo los confunde y aleja. Igualmente propicia es la abundancia de plantas con muchas flores que atraen a los insectos polinizadores, benéficos para la producción de frutos.

En próximas entregas ahondaremos sobre estos tips del cultivo en huertas familiares.

>> Leer Plantas Para Sanar Tu Huerto (II)

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