Somos hijos de un Dios Eterno y por lo tanto herederos de una naturaleza y un destino divinos. También se nos enseñó espiritualmente a prepararnos para cualquier cosa y esta enseñanza permanece intrínseca en nuestro ser.

Engaños, distracciones y desánimos son las tres artimañas usadas por la adversidad para limitarnos, consideremos cada una.

En alguna ocasión se ha preguntado si cuando en las Escrituras, se dice que fuimos creados a imagen y semejanza de Dios, se refieren sólo al aspecto físico, reflexionemos pues, si ser hijo de un Ser Supremo se limitaría sólo a un parecido externo.

Cuáles otras implicaciones podría tener con respecto a nuestro potencial emocional, intelectual y espiritual. ¿Por qué la necesidad de ser creados a imagen de Él, con cuál objetivo, tenemos una designación establecida que debemos cumplir, lograr o alcanzar?

Siento que sí, pero para eso debemos evitar perder de vista quienes somos: hijos y herederos de un Ser Superior y capaces de cumplir sus aspiraciones.

Olvidar quienes somos es abandonarnos a los engaños. Recordar y entender quienes somos es abrirnos al universo de posibilidades que nos corresponde y reconocer quienes podemos llegar a ser.

Por otro lado, en la actualidad existen cantidades de distracciones, redes sociales, videojuegos, “realidad virtual”, etcétera. Pero cuidado con la dosificación, caer en excesos nos alejan de elevar nuestro potencial como persona, como ser, como amigo, como progenitor, como hermano, nieto o hijo.

Si se sabe utilizar los recursos tecnológicos en realidad pueden acercarnos a nuestros seres queridos en el tiempo y el espacio.

Y finalmente, al emprender un determinado proyecto en la vida, puede llegar a embargarnos sentimientos de duda, agobio o inseguridad y terminar por desanimarnos.

En esos momentos debemos reconocer que nuestro potencial de inspiración divina contará con la guía espiritual asignada a nuestro ser, el cual nos conducirá, enseñará o hará recordar justo aquello que necesitemos saber para cumplir con nuestro objetivo supremo.

Recomendamos que en este trayecto de elevarnos por encima de cualquier engaño, distracción o desánimo, para lograr obtener todo nuestro potencial; debemos conducirnos motivados por el amor y el servicio a nuestro entorno.

Reflexionemos en oración a nuestro Padre Eterno expresando agradecimiento por ser dirigidos en nuestros asuntos, requiriendo su guía para nuevos desafíos.

Minimicemos distracciones que limitan nuestro potencial y resistamos los desánimos porque nos hacen olvidar el amor del Padre Celestial.

Nuestro crecimiento debe ser continuo, diario, por el estudio y por la fe, para recibir revelación constante y para que la iluminación espiritual se manifieste de forma personal y poderosa.


Imagen de Milada Vigerova

J
hace 3 años

Reconocernos como un ser lleno de virtudes divinas nos hace fuerte ante las dificultades

E
hace 3 años

Y veremos las dificultades como etapas de aprendizaje!

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