Uno de los lanzamientos de estos días es la novela Mujeres que no perdonan de la popular Camilla Läckberg. Sus obras acumulan un total de 26 millones de ejemplares vendidos en 60 países, según la editorial Planeta, que acaba de publicar su último título. La escritora sueca de 45 años, que en su día estudió ciencias económicas para terminar dedicándose a su pasión, ya está bien asentada como autora de éxito de novelas policíacas, uniéndose al fenómeno de las novelas negras nórdicas que nos apasionan y han acaparado lugares privilegiados en nuestras librerías desde hace años.

La novela negra nórdica se reinventa constantemente para seguir siendo sorprendente y atrapar al lector. Desde Jo Nesbo y su popular detective Harry Hole (cuya historia literaria empezó en los años noventa con El murciélago y sigue cautivando a los lectores) hasta el fallecido Stieg Larsson con su famosísima serie Millenium, los amantes del crimen y el suspense tenemos infinitud de opciones para llenar las horas y descubrir los oscuros y fríos paisajes del norte de europa, que tan bien explotan los reyes del género.

Una muestra es 1793 (de Niklas Natt Och Dag), premiado como mejor libro del año y considerado el mejor debut por la Academia Sueca de Novela Negra, un thriller histórico que habla, entre otras cosas, de sacrificio y justicia y que ha arrasado en toda Europa. Narra la investigación policial del asesinato de un hombre mutilado en el siglo XVIII y tendrá continuación en los títulos 1794 y 1795 (el primero de los cuales ya ha sido publicado en Suecia).

Otros nombres dignos de mención son el de Jussi Adler-Olsen, que publicó La mujer que arañaba las paredes (primera entrega de la serie departamento Q) en 2007, o Åsa Larsson, con su serie de Rebecka Martinsson, que empezó con el libro Aurora boreal en 2003. Todas ellas recomendaciones literarias estupendas tanto para los no iniciados como para los fanáticos del género que quieran emoción y entretenimiento.

Por supuesto, otros países también tienen una buena representación de novela negra. Hay fantásticos genios 'noire' en España, Francia o Alemania (Sebastian Fitzek hace thrillers ligeros tan psicológicos que, aunque tardes solo una hora en leerlos, te van a mantener pegado a la cubierta). Aun así, Suecia, Noruega o Finlandia siguen despertando interés. El carácter nórdico y su forma cruda de escribir contrastan con las florituras y las retahílas de adjetivos latinas a las que estamos acostumbrados.

Además de dos series literarias, Läckerberg también ha publicado libros infantiles, libros de cocina y relatos cortos y ha ganado dos premios literarios suecos y uno francés. Debutó con La princesa de hielo (publicada por Maeva), primera entrega de la serie de los crímenes de Fjällbacka, un pequeño pueblo real de menos de mil habitantes que se encuentra en Suecia y fue el lugar de nacimiento de la autora. Sus novelas nos recuerdan la realidad de la vida en pueblos pequeños, donde todos se conocen entre ellos y a sus respectivos secretos, pero la imagen que uno presenta sigue siendo extremamente importante.

El año pasado publicó Una jaula de oro, el inicio de una nueva serie conocida como Faye, por el nombre de su protagonista. Sin desvelar demasiado a quien no lo haya leído, Faye cambió de ciudad y de nombre para asegurarse el éxito y construirse una nueva vida, y no todo salió como esperaba después de decidir compartir esa vida con Jack, un hombre que parecía que estaba destinado a cumplir todas sus expectativas y acabó llevando su arrogancia hasta el extremo de traicionarla. La mejor parte de la historia fue sin duda que, aunque la protagonista pueda despertar más o menos empatía, decidió pelear en lugar de resignarse y aceptar la injusta derrota.

Esta segunda serie también la publica la editorial madrileña Maeva, que seguirá publicando las obras de ambas series (incluyendo una nueva entrega de la historia de Faye el año que viene) a pesar de que Planeta se encargue de Mujeres que no perdonan, este nuevo lanzamiento literario de Läckberg, que consta de tres relatos.

Ingrid, Victoria y Birgitta son las tres protagonistas de este libro, mujeres distintas con vidas aparentemente perfectas y una relación insana con sus respectivos maridos. Ingrid tenía una prometedora carrera a la que renunció por su marido y acaba descubriendo que no le había mostrado precisamente gratitud, Brigitta es maestra y sufre una relación abusiva y Victoria deja su vida entera atrás para estar al lado de un hombre que no aprecia su esfuerzo. Todas tienen un objetivo letal común y están dispuestas a ayudarse.

Se trata de vidas duras, que desgraciadamente encontramos tanto en ficción como en la realidad. ¿Quién no ha conocido a alguien que haya dejado su carrera de lado por culpa del matrimonio? ¿A alguien que haya dejado su país atrás por una relación que se lo ha arrebatado todo? Obviamente todas estas vicisitudes no suelen llevarnos a cometer un crimen atroz, pero ahí entra en juego la capacidad de cualquier autor de partir de un supuesto verosímil y llevarnos a través de la historia de la mano de personajes que toman decisiones razonables (o, por lo menos, acorde con su personalidad e historia personal).

El libro es corto, con capítulos rápidos de leer que ayudan a los que aprovechamos cada rato libre para avanzar un par de páginas, y la tensión se construye en la primera mitad para aumentar en la segunda (cuando la conspiración tiene lugar). Hay reseñas para todos los gustos, hay quien opina que no es de sus mejores obras (sobretodo en comparación con la serie de Fjällbacka) y hay quien ha disfrutado mucho con ella.

Si os interesa darle una oportunidad, la novela ha sido publicada en España y latinoamérica simultáneamente (el día 26 de mayo). También puedes descargar el fragmento inicial de la web de la editorial Planeta para abrir boca o pasarte por Goodreads, la archiconocida web de reseñas y contactos literarios, para informarte sobre las opiniones que ha despertado en España o en el extranjero. Promete tratar relaciones de pareja complejas y destructivas y el rol de la feminidad, sin olvidar la intriga y la tensión a la que Läckberg nos tiene acostumbrados, giros dramáticos incluidos.

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